La bruma cae y tirita el silencio,
se acurrucan las hojas
y camina la muerte, su misión espera,
duele la tristeza y el lamento calla.
Caronte navega el río en calma
no tiene prisa, espera mi alma.
La bruma galopa, se acurrucan
las hojas y el silencio tirita,
acecha la muerte
y el tiempo acaba,
desfilan los recuerdos
como en tiempos de guerra,
sólo con la mar,
ella, con sus olas me llamaba
y aún no era tiempo,
mi inocencia de niño
me la guardó la arena,
el abrazo de un Ángel
estremeció el cielo.
Caronte navega, mi alma espera,
el suspiro resiste
como tambores en fiesta.
No muero porque duele,
no hay luz ni túnel,
sólo tristeza en la espera.
Abrazo al silencio
y el rumor del rezo llega,
Dios me besa
y su sonrisa me consuela,
es tiempo, dice y mis ojos
lloran, Caronte espera.
Duele la muerte, por todo
lo que queda, la sonrisa de
de mis primaveras (mis hijas)
el fresco aroma de la mujer
que me ama,
Caronte cruzó el río,
ya no espera, y muero...
ALADINO LAVIAS OLVERA
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