En el azulado manto de las bellas sirenas
sonoros flecos invocan en luces corta vida,
de luto el cielo hechizo punzante viento mece,
asesinas sombras nacen en sublimes melodías.
De humanos Morfeo huye en rendición e hipnotizado,
cordura destruye en vano salada fuerza en oídos,
cuerpos desaparecen en sangre, mar y muerte;
saciadas brujas marinas, en lo alto estrellas son.
/ Y es por esto que las melodías del alma
se nutren en el misticismo de la noche. /
Guido Rivadeneira Salazar -Perú-
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