No se veían desde hacía veinte años,
eran dos desconocidos.
Se miraron y supieron
que a cuestas con sus vidas,
seguían siendo los de siempre.
El saludó como si no entendiera,
ella también,
sabiendo que todo nada había cambiado.
Continuaron su camino
cada uno con su pasado a cuestas,
como si esperar fuera lo fácil
y lo bonito.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
No hay comentarios:
Publicar un comentario