Hoy se levanta mis letras
con el sueño abandonado,
se disuelve los versos
en agua como
el polvo de cacao.
Negro martinete
que enloquece
sin sentido al fin,
pero se confirma
lo absurdo
como lugarteniente
del dibujo.
Los búhos cierran ojos
ante tanto oscuro e inocuo manto,
salpicados los caminos
de hendiduras que rompen tobillos,
ya se encendió los ríos secos.
JOSÉ DEL CASTILLO DOMÍNGUEZ -ESPAÑA-
Publicado en la revista Trinando 14
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