Caminando por la selva de concreto
sembrada de edificios nauseabundos,
me encontré con florales de cemento,
—engreídos, altaneros, presumidos—
saturados de basura y de excremento,
obra maestra de hombres malnacidos.
Le robaron su entidad a la floresta,
transformando su habitad en abertales,
sin asumir que el aire se indigesta
con las dañinas vecindades verticales,
sembradas sin razón hasta en la cuesta
con paradójicas prosapias sin abriles.
Deambulando por la jungla de cristales
impregnado de ilusiones y de sombras,
me tropecé con muñecos anormales
atrapados en enjambres de viviendas,
construidas sin pensar que eran letales
para los mares y los cielos y las sendas.
Le arrancaron sus colores naturales
y usurparon sus materias inmanentes,
con plásticos, —nuevos sementales—
que copulan maliciosos e insolentes,
por encima de jardines y frutales
matando vidas... creando pestes.
Jerry Méndez -México-
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