Y sin embargo, en medio de la amarga
mansedumbre del día que aguarda coronado
de rodillas el tránsito a la noche,
algo estalla en el aire —¿cuerpo o luz?—
flota y bate alas finas anhelando la sangre,
el bálsamo secreto de la espina.
Con la fija paciencia de los astros
se camufla en la frente del día
en la actitud de quien ama y espera
inconfesadamente el milagro.
Micaela Paredes -Chile-
Publicado en La Náusea
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