jueves, 7 de septiembre de 2017

FEUILLES MORTES


Anochecen en París las brillantes luces de Francia.
Madrid, bohemia insomne, se consume en pesadillas.
Bajo la corona oxidada, muere Londres, silenciosamente.
Berlín es un resto de muro, que no guarda, sino expone.
Se deshace en la pura contingencia la eternidad de Roma.
Lisboa, vieja ciudad, y, en fin, ciudad vieja.

Se rindieron los Griegos a los Persas.
No une ya Alejandría las dos mitades del mundo.
Ni Atenas, ni Florencia.
Hoy son Raqqa y la triste Alepo las que conjuran nuestras mentes.

Cambia el mito originario de señal:
Y el Toro, cabizbajo,
Con Europa agonizante a su lomo,
Regresa a las orillas de Sidón
Para la última hecatombe.

Estaba escrito en el libro del Profeta:
Sólo Dios sabe.

CLÁUDIO GUIMARÂES DOS SANTOS -Brasil-
Publicado en Luz Cultural

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