miércoles, 6 de septiembre de 2017

EL DIBUJO


Cuando éramos niños
el mundo era un dibujo.
Algo tan simple.
Un solo trazo que acababa
solo para empezar.

Estaciones o casas o ciudades
subían y bajaban
a través de la línea del grafito.

Tirados en la calle
su frente parecía siempre
llena de algo: pájaros
o astros o mareas incontenibles
que se estrellaban
en lo hermoso.

Porque entonces era todo lo hermoso.

Y nada parecía más grande
que sus pequeñas manos.

Sus ojos eran cien kilómetros de gaviotas
hacia el occidente,
y dos tormentas blancas
al cerrarse de pronto,
dos iglesias inmensas en silencio.

Sus brazos caían sobre mí
como una bendición.
Porque su cuerpo era un país
lleno de acantilados
y todo era caer.

Cuando éramos niños,
quiero decir, cuando éramos,
el mundo era un dibujo
y la noche un rumor
y nada sucedía demasiado deprisa,
salvo el invierno.

Su perfume de niño
era una tumba blanca,
y su voz un aliento,
un océano.

Cuando éramos niños,
en ese largo día único
donde aún somos nuestros.

ROXANA MÉNDEZ -San Salvador-
Publicado en Luz Cultural


No hay comentarios:

Publicar un comentario