Bajo el sol de Praga
el doctor descansa.
Kafka, repite el cartel,
y una negra flecha
apunta al corazón
de su hosca residencia.
Entre sendas mullidas
de aterciopelado verde,
bajo umbríos árboles
ahogados de lianas,
con la historia a cuestas
encerrada entre portones guardianes,
Frank se burla,
nuevamente,
y vence al fin.
El mundo ahora
está a sus pies.
Haidé Daiban -Argentina-
Publicado en el blog elescribidor
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