No habrá tumbas que regalen
recuerdos.
Y la piedra es una geometría
inversa en tu cuerpo.
Cuerpo que regala al cuerpo...
¿me oyes?
Si, un calidoscopio
vulnerable,
una elocuencia.
¡Oh, tu cuerpo!
¡Cuerpo!
Cuerpo inerte que resbala en mis ojos.
Cuerpo cilíndrico de estrofas en la saliva.
Muerte, te llevaste el cuerpo
como una celestina alcahueta
entre el cementerio.
Muerte, te llevaste el tesoro
de la inquietante similitud de las olas.
Óyeme como el azul.
Los pétalos descoloridos
por las huellas del tiempo.
¡Óyeme cobarde trastienda
de ojos amantes!
De sutiles muecas,
Cuerpo, muerte,
cuerpo, azul.
Cuerpo, pausadamente
mi cuerpo y mi muerte
ISABEL REZMO -Úbeda-
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