En el fallecimiento de la poeta Gloria Corniel
Cuándo un poeta se va,
el cielo se torna oscuro,
sus versos, como palomas,
se dispersan por el mundo.
Dios le entregará en el paraíso,
un lápiz y un cuaderno,
para que junto a los ángeles,
sus rimas continúe escribiendo.
Compañera de sentidas letras,
abandonas un lugar entre nosotros,
dejando oscuro vacío
y un pesar muy hondo.
El viento aún murmura tu nombre,
tu esencia paseará silenciosa,
plasmando letras en el horizonte,
vaciando el tintero con tus prosas.
Vuelas con alas de bello plumaje,
heredándole al mundo tu arte,
emprendiendo ese inevitable viaje,
¡quietud a tu alma, que en paz descanses!
Maria Ernestina Torres Sánchez -México-
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