Un niño pasa a mi lado
no me ve
porta un manjar en sus manos
un pan,
pies descalzos
pelo al cielo
sin juguete ni delantal.
Un niño pasa a mi lado
lo observo
acaricio su cabello al pasar
mira con recelos
no se atavía de agresividad mi rostro
enlentece sus pasos
un mimo y un dulce.
Un niño pasa a mi lado
cruzamos miradas
me precisa
yo también
poseo amor para acicalar sus días.
Ahora es él y su alegría,
con un corazón puro y noble,
yo soy un chiquillo a su lado.
La felicidad se presenta de manera impensada
con una caricia, compañía, una golosina…
renovando el espíritu y los sueños de un pequeño.
Oscar A. Fernande Folguerá (Argentina)
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