Sólo en el sueño veo sus rostros,
Niños con los que jugué en la infancia,
Louise vuelve con su pelo marrón trenzado,
Annie con sus rizos dorados y salvajes.
Sólo en el sueño el tiempo se olvida -
¿Qué habrá sido de ellos, quién puede saberlo?
Sin embargo, anoche jugamos como antaño,
Y la casa de muñecas seguía al pie de la escalera.
Los años no habían cambiado sus caras suaves y redondas,
vi sus ojos y los hallé tiernos -
¿También ellos, soñarán conmigo?, me pregunto,
¿Y para ellos, también seré un niño?
Sara Teasdale -Estados Unidos-
Publicado en Poesía del mondongo
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