viernes, 25 de agosto de 2017

A LA DERIVA...


Como un barco
empujado por el mar,
van sin rumbo
las penas del alma,
sueños desgastados flotan en el aire.

Las ilusiones forjadas
en días donde la soledad
inquieta esperaba para entrar.
Furioso corazón
con el tiempo olvidó el amor.

Era su timón,
su guía, su fortaleza.
En agitadas velas
navega sin prisa
llevando su primer anhelo.

Solitario y frío
bajo un cielo cubierto de estrellas,
viaja sin rumbo
aquella esperanza muerta.
Encalló en la bahía de la ausencia.

¿Cuál fue su pecado?...
Lágrimas marchitas
de tiempos lejanos,
aún caen como fina lluvia
sobre un rostro cansado...

Alena Gaspar -Argentina-

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