Muere lentamente mi alma
en un respiro agónico, sin deseos
fragmentado el corazón se halla
llueve soledad discreta
labios resecos sin besos.
¡Ha convulsionado las miradas!
¿Dónde están mis risas?,
pregunta el dolor.
Siento que tu cuerpo
se llevó mi pasión
dejando debilidades.
Entonces...
lloro sin pausa, grito sin detenerme
el eco traspasa las barreras del sonido
tu fantasma recorre mi jardín
desgarrando los pocos capullos
que quedó de tu amor.
Al llegar la noche, mis brazos te extrañan
vuelve mi espíritu a entrar
en fase terminal de muerte súbita
desde el día que decidiste no amar más.
Ahora me queda un diminuto respiro
para escribir y no dejarme morir
por el veneno de tu ausencia.
Con la aureola de mi don artístico
como espada de heroína
trato de sobrevivir y empezar de nuevo.
Porque no todo es oscuridad
siempre hay una estrella
iluminando el camino.
LINDA PATRICIA CANDANOZA VARGAS -Colombia-
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