Siento un frío extraño
bajo la piel del pensamiento
tiemblan las magnolias
en el jardin que invento
y se tornan grises
algunos rosados sueños.
Siento un escalofrio helado
en mis labios desiertos
me miro en el espejo
el de color dorado
y roto, en la esquina
que dibuja el silencio.
Siento en mis manos los años
que acarician al tiempo
el que amé sin medida
entre gotas de besos ciegos
tras una luz de locura
y poemas eternos.
Siento mi cuerpo encarcelado
al que le cortan el vuelo
cuando la luna se enciende
y soy cómplice de la noche
al son de la música
que piano piano late
en los ojos de mis adentros.
Y es que siento un frio extraño
bajo la piel del pensamiento.
ROSER FOLCH
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