He visto solapar al pobre los berrinches del adinerado
de tomar su miseria como el peor de los pecados.
Que miran sus rostros
como pestes en cuarentena
¡la desigualdad no es una alma en pena!
es cuerpo presente que desgarra sin piedad
¡existe todavía la esclavitud!
He visto la violencia entrar en casas
matar los sueños a quemarropa
apretar, asfixiando las ilusiones.
En la calle a punta de golpes
querer enseñar al mísero.
He visto en televisión
“reallitys” que millones invierten
pero en el mundo real
¡la situación es incierta!,
para la pobreza nadie invierte.
He visto lágrimas correr
como el agua de las quebradas
y caer como el agua de las cascadas.
Escuchar los lamentos del pobre
como un canto fúnebre
¡que se entona en los días grises!,
al pueblo huir de las balas.
He visto marchitar las esperanza
de presos inocentes
condenados a cadena perpetua.
A los jóvenes de escasos recursos
convertirse en bandidos
volviendo la insensatez
como su seguro de vida
¡empuñar un arma como el juguete predilecto!
He visto el humo del vicio
a lo lejos sentir que el olor corrompe
¡los paisajes vírgenes!
He visto morir a pacientes
en entidades ¡promotora de salud!,
no hay ayudas
la palabra primeros auxilio
¡en vía de extinción!
Realidad que carcome los sentidos
que acongoja y acelera los latidos.
Linda Patricia Candanoza Vargas -Colombia-
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