domingo, 18 de enero de 2015

MIRADAS ETERNAS


Miradas eternas.
Miradas que no envejecen
cuando se ama manteniendo
de amor hasta el alma.
Miradas que construimos
momentos en tiempos de calma.
Miradas eternas.
Miradas arriesgadas
por cautivas de fuerzas,
de amor y de camino,
de un mundo de frías calles
como de largos vientos,
a caudados por guías de descenso
como de miradas,
cuando oro mira en cielo
y en vida de tierra…

Miradas eternas.
Miradas únicas cuando amamos
con el corazón en la mano,
sin tierra que acaudale tesoros.
Miradas que son candentes de amarnos
en frías noches, cuando nos mueve
acorralándonos la oscura noche,
de miradas que esconden
de sol como de luna,
la luz que nos asigno
el nacer de sus ascensos.
Miradas eternas
para ti y para mí cuando
nos miramos ascendiendo,
aún bajo brotes
en semillas de ribazos.

Miradas eternas.
Miradas cambiantes
cuando aparecen
intereses convenientes,
sin ver si son materiales
o ascendentes de un mundo
de frígidas calles,
como de caudales en gentes.
Miradas que quiero
que engrandezcan
sin esfuerzo ninguno de miradas,
y que solas miren
cuando hablan los corazones,
aún debajo de los caparazones
de fuerza y poder...

Lucía Pastor

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