Con esmero y paciencia
fue cuidada la tierra
sembrada la semilla de amor
para aquel hombre noble
que florezca en el brillar de su voluntad
y aprecie todas las muestras de pasión
que se encuentran resguardadas.
Buscando en el universo
la simiente adecuada
otorgando tierra fértil
la esperanza que pueda germinar
en todo su esplendor.
Des infortunio del tiempo
aquellas semillas sembradas
letárgico crecimiento para el alma
cuando quisieron dar sus frutos
ella se encontraba alejada
entre los versos y sonrisas
música clásica que la extasiaba
en la búsqueda de su ser.
No existiendo en el espíritu
esperanza alguna de encontrar pasión
sus sueños volaron
en la caricia de la esencia.
Una mañana es sorprendida
al encontrar los primeros brotes de la efusión
de un ser anhelante de calor
no temiendo entregar
el sentimiento que emanaba de su ser
con una sonrisa
simplemente le acaricio.
Sandra Méndez -Guatemala-
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