sábado, 3 de enero de 2015

ESCALERA DE MANO


Subiste a una escalera
peldaño a peldaño
mientras,
mis pestañas crecían,
crecían hasta formar
un vertedero de hormigas
borrachas.

Subiste,
subiste
con la falda de tiza.

Leías trazos de cuentos
en los que los personajes
comían
perdices
atroces
a trozos.

Me miraste a los ojos
y mudé de piel
como un mástil de hierba
entre piernas furtivas.

Fue un instante,
bajaste los escalones
y un sueño
de mil millones de quilates
chorreaba sangre
de entre sus hoyuelos.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

No hay comentarios:

Publicar un comentario