sábado, 17 de enero de 2015

CONFESIONES DE UN PSICÓLOGO ESPERANDO AL TRANVÍA


Hay que destruir la eternidad y vivir la fugacidad del instante, la fragilidad de lo efímero.
Nunca viajes en mí, el riesgo es demasiado grande.
Me cuentan sus problemas, sus bodas, sus funerales, sus imaginarias orgías, sus descarrilamientos, sus miedos y sus odios; y me piden que exorcice sus demonios y conmute sus condenas, porque la Caridad hace años que fue expulsada del Edén de los manicomios. Cuando callan, ellos y yo, permanecemos en silencio esperando que salga el sol. Mientras, la vida, ajena a la Vida, se esconde en las cloacas. Siempre me pregunto de qué color será el horizonte reflejado en los ojos del siguiente narrador de sí mismo.

MARIO BRONTE

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