Cansados los pies y el alma ,
arrastrando sus tristezas,
volcando sus frustraciones,
sin atreverse a buscar,
sus ilusiones perdidas.
Con unos gruesos cartones,
se disponía a cerrar,
el cajero donde dormía.
Solitaria noche de enero,
fría desapacible y triste.
Una botella de vino tinto,
sucia y medio vacía,
era toda su compañía,
para aquella noche fría.
Barba de varios días,
una edad algo incierta,
manos grandes y gruesas,
algo sucias y algo viejas,
que seguro acariciaron,
alguna piel enamorada.
!De eso hace ya, mucho!
Sus ojos siguen mirando,
con la dignidad del pobre,
entre sumiso y altanero.
Y su boca desdentada,
esboza una semisonrisa,
de abatimiento y tristeza.
¿Qué sociedad hemos creado?,
donde nos sobran las personas
y las arrinconamos,sin piedad,
las noches frías de invierno,
en cajeros automáticos,
donde se va a sacar dinero.
Y se hallan pobres hombres,
que ya no producen nada,
y que nadie tiene en cuenta.
¿Qué sociedad hemos creado?
me pregunto...algunas veces.
MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ
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