¡No hay nada más bello que el amor! Es el principio que sostenían
estos jóvenes.
Se juraron amor eterno. Seguros de esa situación, planificando
su vida para la posteridad, y creyéndose dueños del mundo, ya
se veían conformando una familia.
Marchando todo sobre ruedas y pareciendo algo seguro, hasta
habían elegido la iglesia en la que en un futuro muy lejano se casarían.
Transcurrido un tiempo, en las vacaciones, hubo cambios y
sorpresas.
Llegando la hermana de la novia, en un abrir y cerrar de ojos,
fue sustituida.
¡Adiós amor eterno para una y comienzo para la otra!
Cómo diría Ismael Serrano:-“El amor es eterno, mientras dura”
Del libro Avatares de la vida de
HILDA KUBIAK
Publicado en la revista Hojas de Palabras
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