En la lucha solitaria
el solitario nada arregla,
no importa si no arredra
pero tropieza a diario
contra un muro de piedra.
Si la lucha es solidaria
y en la calle nos batimos
llevaremos las de ganar
porque uno a otro suple
y nosotros somos más
a la hora de batirnos.
Cada día es una lucha
pero si en ella persistimos
terminaremos ganando
todo aquello que perdimos.
La vida en estos momentos
al pobre no le da tregua,
ni tiempo para lamentos,
bien sabemos que los golpes
del martillo sobre el yunque
domeña la dureza del hierro.
Solo juntos venceremos
si defendemos lo nuestro
a dentelladas como perros.
Si dejamos que la nave
esté a merced del viento
navegaremos sin rumbo
y no llegaremos a puerto,
tendremos sobre el cuello
las botas de todos aquellos
que hoy dominan el mundo,
perderemos toda la hombría
que en la pelea del día a día
ya les vencimos algún día.
No andemos como los bueyes
el pobre con el yugo puesto
la testuz siempre abajo
el morro arrastrando barro
y otros viviendo como reyes.
Hay que poner a esta partida
si es que queremos ganarla
alma, corazón y vida.
Sabemos por experiencia
para este pueblo no es nuevo,
nunca se hicieron tortillas
sin que se cascaran huevos.
Solo en una lucha unida
nos llevará donde estuvimos,
si no, es una guerra perdida
y ya nunca volveremos
a ser el pueblo que fuimos.
PACO LÁINEZ GARCÍA
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