Muere la tarde, abraza la luna.
Sudores labrados, dolor de cansancio.
El lejano horizonte … asesina esperanzas.
Alergia mortal a estudiar, gozando plagas del vicio.
¡ Oh ¡ rutina sórdida … le mata.
Errante, sin caminos , nadie lo espera, nadie,
rumiando flores de fango, tempestad de miserias,
rechazo a oportunidades de jardines florecidos,
le cobran el tiempo perdido … serviles tiranos.
Esperando la fría parca, afilada guadaña,
le carcomen lepras de infortunio y destino.
Su locura angustiada remienda pétalos marchitos,
mereciendo la nada, cuanto todo … tenia.
Álvaro Álvarez Rojas (aprendiz de poeta) -Colombia-
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