En el acantilado apasionada,
me siento el mar cantando en un vendaval
con las olas pegando sobre el cristal
e inevitablemente emocionada.
La sal mitiga mi área reformada
mientras mi mente cruza trascendental,
yo capturo la luz extrasensorial.
¡Estoy feliz de miel embadurnada!
Recibí tal informe de buen gusto:
fue noticia simpática y me flota
donde espero escapar del holocausto.
¡Si con flauta dorada doy la nota,
ni siquiera me importa su disgusto,
mucho menos su sueño de marmota!
María Sirena Matri Mar -ESPAÑA-
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