martes, 2 de diciembre de 2014

BESO


Tímido, leve, inaugural, sedoso,
serpentina que roza tiernamente,
espuma en el latido de la fuente,
embelesado labio apetitoso.

Incitante después, quizá animoso
por el anillo que se cierra urgente
sobre la boca bruja, ya demente
de un anhelo de amar impetuoso.

Llega a dación total, ciego de celo,
los peces de las lenguas entrelaza
y al mundo anula con su ardiente rosa...

No me dolió cortar, pues quedó un cielo
donde me vi a mi mismo, con la traza
de aquel Anquises que besó una diosa.

RAFAEL SIMARRO -Ciudad Real-

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