Los árboles dormidos,
pues los árboles duermen,
sueñan con nubes niñas
y estrellitas de oro.
Los árboles dormidos
despiertan con sus hojas y sus ramas
entre gotas de lluvia
y el silbido del viento,
y hablan y hablan de amor,
que es de lo que hablan,
dormidos o despiertos,
con la Tierra, los árboles,
y con el Sol y el Agua,
desde el vivo silencio
de sus bellas raíces.
JUAN CERVERA -México-
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