Su mirada enamorada, luminosa,
donde se perdían ángeles peregrinos.
Coraje a toda prueba, don de sacrificio,
corazón de pureza transparente,
cuerpo esbelto, elegante, fina escultura,
piel dorada en lunas, senos fogosos.
Sonreía contemplando la salida del sol,
bailaba con las gotas de lluvia,
se acariciaba con la brisa fría montañera,
se abrazaba en nubes de colibríes.
Sin juzgar nada y a nadie,
sin temores del pasado…volaba libre.
Era ella misma, sumida amando las flores,
risas en su serenidad, colores al silencio.
En el río pequeño del bosque húmedo,
camino a la mina de sal abandonada en el tiempo,
donde las aguas heladas y cristalinas,
se precipitan en cascadas y gotas de rocío,
levantando nubes impetuosas de espumas ,
aromas de bosque, arrobamientos de trinos inocentes,
árboles gallardos custodios, regalando sombras.
…!Solo allí, juntos…mojados en besos, en éxtasis,
nos entregamos en desenfrenada pasión,
¡OH …PLACER SUBLIME DEL AMOR!
Álvaro Álvarez Rojas (aprendiz de poeta) -Colombia-
No hay comentarios:
Publicar un comentario