En un viejo relicario
he guardado tu esencia
y aquel mechón de cabello
que te robé aquel día.
La pequeña foto
vieja y arrugada
es el único recuerdo
que tengo de ti.
Lo llevo contra mi pecho
colgando de mi cuello
para que sientas el latir
de mi corazón quebrado.
Aquel que se partió
en mil fragmentos
con tu promesa rota
de volver a mí.
El metal no se ha oxidado
porque la lustré día a día
sintiendo quizás se cumpla
mi último deseo
el que guardé intacto
en mi relicario
que tu regreses
mágicamente, a mi vida.
Diana Chedel -Argentina-
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