Soy gemelo a mí mismo en otra muerte
Puedo ser un salto al infinito vacío de tus ojos
o un pájaro lleno de silencios
Estoy desfigurado de mi ser
Hoy el cuervo acelera los retornos
y sólo la noche
hembra madre del destierro
puede devolverme al seno del cansancio
Yo que fui espejo en los ojos de aquellas madres
que recibían a sus muertos
vi bajar de los trenes
en guirnaldas
aquellos cuerpos enhebrados
Ya no asustaba a las vecinas
que en los ataúdes sembraran crisantemos
Era setiembre en casa de mi padre
cuando las mujeres cargaron sus semillas
Recuerda
He enterrado
esa desesperación incesante de volver sin mí
Mírame
Yo sabía del aroma a azahar en los naranjos
y he visto el rostro de Dios llorando sangre
Dame Señor un poco de tus náuseas
un poco de tu llanto
o tu vergüenza
Estoy en cópula con las llaves del infierno
hay una bestia en mí
insaciable de coágulos y exilios
Pero el tiempo cauteriza el hedor de la carne
No sé si pueda recordar
Ante un sol verdugo
afiebrado de sentencias
la guerra zurce prolija nuestras llagas
Fragmento adaptado de “Invierta un Hijo” de
Marcela Predieri -Argentina-
Publicado en el blog revistaislanegra.fullblog
No hay comentarios:
Publicar un comentario