UNA sinfonía se dibuja en la tarde,
se marchitan las hojas sobre el suelo
y se quedan calladas las ramas del monte.
El viento apaga su monótono silbido
y las hormigas vuelven al trabajo.
La vida continúa, después de la lluvia.
Tes Nehuén
Publicado en la revista 2 poemas y un café
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