martes, 3 de septiembre de 2013

RELOJES BLANDOS

Se pliega el tiempo a tu paso frente al horizonte.
Ya no dice las horas.
Quebrado por el aire sólo espera que alguien deposite en la arena un segundo absoluto de soledad.
Descansa el tiempo; duerme añorando el camino.
Sólo el cielo anuncia la llegada de las horas dormidas, presentidas junto al mar: más allá de la roca que separa su deseo de tu nostalgia.

Ángela Serna
Publicado en  la revista Dos poemas y un café

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