miércoles, 4 de septiembre de 2013

LLUVIA

Vamos bajo la lluvia de verano,
a la brisa y al sol, por donde rueda
su carro el labrador, luenga vereda
en cuyos bordes crece el avellano.

Nadie más por aquí. Mudo y lejano,
duerme siesta el poblado. En la arboleda
callan mirlo y zorzal. Se nos enreda
en el cuerpo el silencio provinciano.

Tibia la lluvia al vértice del día,
empapando el cabello. Todavía
queda a nuestro solaz un pormenor.

Dejemos resbalar nuestro ropaje
sobre la húmeda hierba; que el paisaje
nos vea hacer, desnudos, el amor.
 
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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