lunes, 23 de septiembre de 2013

LAS DAGAS DE LA AUSENCIA

Las oscuras dagas
de la ausencia
atraviesan aleves
cada latido
de mi corazón,
mientras la luna
en cuarto creciente
me recuerda
que la noche se derrite
sobre el nombre de una mujer,
y el vino tinto de su voz
arde en mis ojos
prolongando como pesadilla
el color de mi tristeza
y la estatura de mis besos
que no alcanzaron
sus labios,
mientras el acerado fulgor
de su mirada
sigue ardiendo en mi alma
lo mismo que un candil
donde muere la alegría
y sobrevive la tristeza.

VÍCTOR DÍAZ GORIS -República Dominicana-

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