Estos versos han sido escritos en la miseria,
en la profunda soledad donde se sufre tanto.
Han debido vencer el hambre y la vergüenza:
nada de lo que digan debe ser olvidado.
Seréis mi amor más grande que no tuve nunca,
el único regazo que no ha de abandonarme.
Jurad fidelidad al que os concibe en la angustia.
Seguidme hasta la muerte y más allá continuadme.
Trémulas palabras mías convulsionadas,
somos más fuertes en la íntima agonía.
Surgiendo de mi ser, ¡qué regias vuestras alas!
¡Qué orgullo en el dolor de mis frases heridas!
Nadie mire con desprecio estas líneas humildes.
Nadie escuche con piedad su flébil acento.
Fueron escritas con furia y orgullo triste.
Dejad que sobre el papel sigan existiendo.
ULISES VARSOVIA
Publicado en la revista Fuegos del Sur
viernes, 6 de septiembre de 2013
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