jueves, 5 de septiembre de 2013

EL TIEMPO IMPASIBLE

Eso que dicen de que el tiempo pasa no es cierto. El tiempo no pasa: siempre está ahí, impasible, innegociable. Somos nosotros los que pasamos por él, fugaces, crédulos, orgullosos, incautos. El tiempo es frío y no conoce de sentimientos. Está ahí, simplemente.

El tiempo es el espacio, nosotros, los vehículos y los viajeros. Da igual la dirección que tomemos, la velocidad que imprimamos: no podemos transformar el espacio por el que nos movemos. Eso sí, siempre vamos hacia delante porque no existe la marcha atrás en este tren que tomamos nada más nacer.

La vida, el tiempo, la memoria traidora, la vida toda y cada parte de ella. Tan breve y tan mediatizada por apetencias intrascendentes.

Francisco J. Segovia -Granada-

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