jueves, 26 de septiembre de 2013

CUARTO CRECIENTE

Va cayendo la tarde
en un crepúsculo sin fin.
Los últimos rayos del sol
se desvanecen en el horizonte.

Como mi amor se esfuma
lentamente con el crepúsculo
y vuelve a encenderse
con el primer lucero del ocaso.

Espero a la luna
esa gran medialuna brillante
que ilumina mis noches
de espera agonizante.

Ella me brinda su luminosidad
y me alumbra las penurias.
Ella me acompaña e mis desvelos
aquellas noches que no te tengo.

Ella, plateada, resplandeciente
rodeada de su séquito de estrellas
vigila mi ardorosa pasión
en las que tú me amas.

Diana Chedel -Argentina-

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