miércoles, 3 de julio de 2013

SONETO INACABADO

La felicidad de poseer tu nombre,
tan transparente como sumergido en mi mente,
la satisfacción de tenerte tan escondido, unido conmigo
que nadie podría quitarte de mí,
parece embriagar
dando el embotamiento contra lo cotidiano.
Un poeta te nombró un lamento.
Mientras yo solo puedo repetir tu nombre sin palabras,
Por temor que algo me te podría quitar.

ANNA ARENT BANASIAK (Zgierz-Polonia)
Publicado en la revista Gaceta Virtual 75

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