(a mi hermana Lily, IN MEMORIAM)
Era octubre …y llovía sal sobre mi rostro
o quizás el ábrego viento
dispersaba negras gotas del Mediterráneo…
su imponente caudal
embestía furioso al murallón.
Mientras, mi corazón destilaba un llanto gris
invisible y cruel como tu ausencia…
y era tu nombre un gemido en mi garganta,
-rebeldía infinita-
más, por las tardes,
cuando la inmensidad era celeste,
encontraba de tus ojos el destello.
Tarde para el reencuentro y el abrazo,
tarde para la vida
que no pudimos compartir…
eras tibieza y hoy sólo eres piedra,
esquirlas que se clavan en mi alma…
eras la risa y hoy tan sólo el llanto
destruyendo la imagen que soñaba.
Serás en mí la espina que me hiere
tu ausencia eterna se llevó la rosa.
Yoli Rotenberg
Publicado en la revista deliteraturayalgomas
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Hace 3 días
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