Las palabras son
estrellas alucinadas que convocan
transeúntes alados que nos llevan,
nos regresan.
Son
la liviandad de los suspiros
y el ruido sordo del dolor.
Las palabras advienen
se agigantan cual soles
se mueren.
Alguien las resucita
muchos las transportan
las hechizan.
Seductoras, voraces, guerreras,
enarbolan banderas
van al frente y matan.
Cuando se descubren las palabras
sobreviene el silencio
con su bagaje impenetrable
de ambiguos arabescos que huyen
Huyen por los pliegues rugosos del lenguaje
hasta que la búsqueda incansable
de voces estelares
se configura en cielo
y avanza iluminando los tejidos terrestres
de oscuras vecindades
Hilvana y borda los sentidos
orquesta vastedades
delimita silencios
se vuelve flor esperanza, viento y canto
se vuelve, sonoridad y emblema
Las palabras eligen traducir los secretos
deciden ser aladas
para crear los jardines del asombro
verdes voces que cuentan los sueños de los hombres.
Las palabras descubren la redondez del alba
agrandan las pupilas
nos vuelven existentes, humanos
épicos y dorados.
Las palabras necesarias, únicas
suelen ser amantes en noches de orfandad
cuando buscamos
regresar a las moradas
Leonor Escardo (Argentina)
Publicado en la revista La Urraka 32
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Hace 5 horas
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