martes, 15 de enero de 2013

TESTIGO DE LA VIDA TRANSEÚNTE


Mira la tarde: un ala de sonrisa
que sobrevuela el ceño del ocaso.

Ves la gente en la calle que pasea,
las terrazas de bares y los autos,
las tiendas, los neones que se encienden,
los en torno a la noria del trabajo,
Un día más que vives tú, que sabes,
ya en la cumbre serena de tus años,
que los días se van con sus adioses
silenciosos a ras de calendarios.

Acurruca a la tarde que te cuenta
todo lo que ha vivido y que ha pasado
en la ciudad pequeña en la que vives
y morirás seguramente cuando
toque a la puerta de tu confianza
esa última hora, mientras tanto
ella hizo agujeros en la ausencia
de los que amaste y conociste a ratos...

Desciende hasta su médula y sonríe
y bébete esa tarde como un trago
de un carpe diem que se da a la fuga
y ama con todo un corazón de abrazos.

No olvides escribir ese poema
en que dejes tu amor de ciudadano
por todo lo que amabas y veías
y se llevaba en un impune rapto
la tarde, que sonríe artera ahora
-¿no ves?- como si nada está pasando...

De Poemas voluntariamente retrospectivos de JUAN MENA -San Fernando-
Publicado en la revista Arena y cal 200

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