domingo, 20 de enero de 2013

TENGO SUEÑOS EN VENTA


Tengo sueños en venta. ¿Quién los compra?
Los ofrecí gratuitos en el foro
de cada gran ciudad, remota aldea;
los de cristal, aupados a mis hombros,
siguiéndome descalzos los de arcilla,
los de oro y plata al fondo de mis ojos.
Sin detener el paso en sus andanzas,
los miraba el gentío, cauteloso
de cualquier altruísmo, sospechando
motivos camuflados en el fondo.
Los estrené en mis tiempos de esperanza,
proyectos de vivir fantasmagóricos
que no acertaron a cuajar, y aún nuevos,
los archivé en estuches de abandono.
Los contemplaba, a veces,
en mis tardes nostálgicas de otoño,
cuando suelen tener mayor vigencia,
tal vez por su carácter melancólico,
pero sin decidirme a liberarlos.
Aun así había un algo entre nosotros.
Fueron parte integral de mi engranaje,
mucho más que un adorno,
mucho más que un estilo;
mis propias alas, si tornara en cóndor.

Se me han hecho imposibles,
por eso es que los vendo. De algún modo
podría regalarlos, mas sería
desvalorización de mi tesoro.
Mi moneda de cambio es el suspiro
que nunca halló acogida, el alborozo
que jamás se produjo, el aislamiento
que descargó su atmósfera de plomo

Quizá alguien, al soñar mis utopías
conquiste el territorio
que me fuera negado, sin hacerse
ni tan irracional ni tan remoto.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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