La tinta de sombras se escurre en la tierra,
con penumbra pinta el aire
y cuelga en el mástil
de un planeta ajeno
a la luna que guía
la esperanza
en su regreso a casa.
Mi cuerpo arde
en el recuerdo
de tus ojos;
hipnotizado camino
hacia tu corazón de estrellas,
mi silueta se desvanece
en caricias etéreas.
Tus labios me brindan
el elíxir
que sacude mis sueños,
tus alas
me abrigan
en una crisálida de paz,
de luz y silencio;
vuelo
una danza nocturna.
¿Qué galaxia seré,
yo,
cuando termine la noche
y de tu amor despierte?
Javier Orlando Torres Páez –Colombia-
Publicado en la revista Poemas en añil 143
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