viernes, 11 de enero de 2013

PORTAZOS


Otro amigo más se divorcia
se separa,
qué más da la palabra
hace tanto se dieron portazos.

Ellos, ellas,
que solo escupen rencores
que silabean injurias
que se estampan los tu no haces nada en casa
tu solo sabes quejarte
y no hacemos el amor hace siglos,
día a día.

Esto no es vida,
ella, él, los hijos,
qué fácil es decirlo.

Se escuchan como si oyeran llover puertas rotas.

Ya ni siquiera leen las cartas que se dijeron cuando el amor era un espejo,
ahora que el espejo mira con rencor desgastado.

La soga se estiró,
se rompió aquel otoño.
Y parecía de titanio.

Quisieron soldar los añicos soplando sin aliento cada uno en distinta dirección
sin saberlo.

Solo arrimaba el hombro la presencia de esos mudos bajitos.
Por ellos buscaban,
él, ella,
doblarle la cintura al daño
pero tarde supieron,
ella, él,
que estaban en deuda con el secreto más triste de la vida.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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