"All that will be
but isn't yet.
Now forget,
now forget."
(Tema de NOA, Now forget)
Sin el olvido o tal vez sin los patines con los que resbalamos por encima de tanto sufrimiento, sería imposible tomarse un café o un cruasán de chocolate. Hace dos noches que los sueños son rojos. Como el rostro y el tronco de Soraya Manutchehri, semienterrada y lapidada por ser amable, alegre, guapa y vital. Las palabras pierden la partida en esta explicación. Ni las letras ni los fonemas de "lapidación" aportan nada del terror en los ojos, del polvo y la sangre mezclados, del cuerpo semienterrado bailando grotescamente a causa del aluvión de piedras, de la salpicadura de fluidos. La habitación a oscuras y el mando todavía entre mis manos. Y me voy hacia el rojo. Con la preciosa, rizada, brillante, azabache melena de Soraya. Y sigo en pie dos días después. Tomo café y todavía es dulce el cruasán. Cómo es posible. Este discontinuo caer y levantarse ante lo inaceptable, ante lo injusto, ante la vil naturaleza que anida en algún rincón del ser humano, va dejando óxido en las cuchillas, que recogen el polvo y la sangre esparcidos. Creo que es eso lo que me pesa y apenas me doy cuenta. Eso y la incapacidad, la impotencia. Pero sigo, tal vez porque algún abrazo, una mirada, tienen el poder de recomponerme. Como a ti, como a todos.
MARIBEL MIR
Publicado en el blog carlota-exnihilo
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