viernes, 4 de enero de 2013

PELÍCULA X


Vi el otro día un trozo de película x de esas que la peña se descarga de internet. He visualizado muchas películas porno a lo largo de mi vida catódica pero esta es la que más gracia me ha hecho, más incluso que “Caray con el mayordomo como tiene el maromo” o “No se que y otras cosas de meter” y es que esta es de las de risas y francesa. En una de las escenas iniciales el maromo troncal, membrudo y tatuado se tambalea borracho y erecto cuando de pronto se descuelga y resbala de una descomunal y siliconada negra que asombrada y tetona observa como su adonis va cayendo de la cama de agua apareciendo en un primer plano una cara rojiza y de pecas moradas, después dicho gañán se levanta, se sienta, repite la acción sin caerse y la actriz pongamos que se llama Ejém, menea la cabeza (aquí noto las diferencias entre pornografía y erotismo gracias al alarde de comunicación no verbal) y nos enteramos que no son matrimonio y que no se casarán porque él es más borracho que actor porno o padre de familia. Y ese es el argumento final, pero nosotros, los machitos que vemos películas porno pirateadas y que nos hemos criado en el canal plus sin codificar y más tarde en ese canal cuarenta y siete de actrices con antifaz y pelucas púrpura, sabemos lo que es hacer el pingüino y quién es Tomás turbador o Amber Lyn y Ginger Lyn o John Holmes y que la sombra del tongo y la mentira de los centímetros de más y de las treinta cámaras en acción desde cualquier ángulo hacen infame al guión pegajoso de cada día.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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