viernes, 4 de enero de 2013

PARA SEGUIR VIVIENDO


¿Qué haré con el amor si un día me faltas,
si estallan de silencio en la arboleda los fugaces racimos, las cadencias...
y ya no queda ardor en la esperanza por no hallar esa voz que me conjuga?
¿Qué haré para encontrar un horizonte,
para seguir errando entre los álamos sin triturar las hojas que el otoño transforma
con su alquimia atormentada
en húmedos tapices de penumbra?
¿Qué zigzagueante senda de cristales proyectará el olvido de mi rostro?
¿Quién habrá de engendrar,
por los solsticios,
extravíos de vértigo y delirio donde habiten las penas taumatúrgicas?
¿Qué haré con tanta ausencia en mis infiernos,
con tanta soledad acantilada,
con lloviznas de ortigas y cebollas impregnando,
coléricas y oblicuas,
la trama envejecida de mi túnica?
¿Qué haré cuando no estés,
si las acacias continuarán izando los noviembres,
si una turba de ramas desprolijas tallará,
con campánulas de seda,
los ajados contornos de mi angustia
y no estaremos juntos para amarnos,
para hilar las ariscas geografías,
para inscribir los sueños indomables donde rompa el bajel del desaliento su longitud de seca arboladura?
Y no tendré tu mano en los senderos poblados por palabras convocantes
ni tu oído nervioso y confidente
ni tu complicidad
ni tu consejo
ni tu amistad de savia diminuta.
¿Qué haré con los despojos,
si me faltas,
para dar testimonio de la apnea con que sucumbe el viento sobre el lago
y continuar,
a paso de nostalgia,
sin la promesa azul de tu ternura?

Del libro A espaldas del silencio de NORMA SEGADES-MANIAS

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