Me atreví en aquel silencio
tus besos sobre mi piel,
solo el sonido de tus labios
me hiciste estremecer.
Caminando tu piel morena
de candentes valles y sol,
tu aliento quemaba mi boca
mi pasión se desbocó.
Por tus montañas subí
me atrevo a sacar de ti,
la sabia de tu cuerpo
en dulces momentos.
Atrévete con tu hombría
y hazme sentir en el cielo,
tu sensualidad me colma
de sensaciones y bellos encuentros.
Me atreví a beber el licor de tu cuerpo,
me embriagué de tus sabores,
me entregué a tus delirios
de noches locas de pasiones.
Rosario Ayllón -Cádiz-
Publicado en la revista Tántalo 65
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