Los envidiosos
y los cortos de genio
perpetuamente acomodados
a suposiciones necias
jurarían
que trabajo en este restaurant
cazando roedores…
¡ qué horror!
motivos más altos poseo
y en cuanto a lo demás,
me limito a rociar con mis orines
algunos puntos estratégicos,
Y todos en paz.
Del libro Un gato negro en Paris de
Leonardo Morgan
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 31
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